lauantai 7. toukokuuta 2011

De viaje. 6.5.2011

Salimos por la mañana a las 6 y media. Hacia tiempo bonísima, aunque hacía 2 grados bajo cero.
Los lagos estaban totalmente lisos y serenos, espejando los bosques que esperaban el calor para enverdecerse. Solamente unos pocos abedules tenían un velo verde muy fino.

Cuando el avion se acercó a España, la alegría crecí en mi mente. ¿Por qué? No sé, tú me lo dirás.

Bueno, la mañana fresca se cambió a una tarde pesada con un cielo gris, aire mojado y caluroso. Pero nada: Me encanta el perfume de las ciudades de las orillas.

Almuñécar es una ciudad hermosa. Con callejuelas estrechos y casas antiguos con su charme de los dias ancianos.
Despues de la cena en “mi familia” dí una vuelta hasta el mar.

Y el mar se demarra a mi alma agrandiendola al infinito y llevando mis sueños y mi añoranza tras siete cielos hasta un lugar donde se tejen el destino.


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